"> Hazlo, simplemente hazlo
Hazlo, simplemente hazlo
El valor imparable del tiempo
Karyme Celeste Medina Patiño  -   2023-10-21
 Compartir en facebook 
"Si quieres hacer algo, simplemente hazlo; si tienes que hacer algo, simplemente hazlo; si debes hacer algo, simplemente hazlo."




Existen ocasiones en las que deberíamos dejar de pensar tanto en hacer algo o no. Situaciones en las cuales deberíamos tomar al menos un poco de impulso para efectuar una decisión y actuar. Esta actitud decidida, muchas veces se basa en razones derivadas de la idea que tenemos acerca de la tarea o situación que estamos atravesando o que tenemos que realizar; más específicamente, en razones negativas y sentimientos personales asociados a la actividad como aburrimiento, cansancio, frustración, agotamiento, entre otros.





Esa acción de "ponerle peros" para postergar actividades, sabiendo que podría causar efectos poco convenientes en nuestra rutina, por ejemplo. Por lo general, considero que este proceso se comienza a efectuar desde la adolescencia y el hecho de que se convierta en una costumbre muchas veces llega a causar un problema más serio dependiendo del ámbito.





Resaltando que, de cierta manera, provoca alteración en nuestro valor de la responsabilidad, que nos ayuda a reconocer nuestras obligaciones y a realizarlas por igual sin hacer ningún tipo de distinciones. Dejando de lado el tema específico de aplazamiento y las situaciones, que en este caso son laborales; podemos entender que no solo se aplica en este tipo de situaciones, sino que el hecho de pensar demasiado antes de actuar puede aplicarse también en lo que sucede tras los lapsos del día a día y en nuestra vida diaria.





Incluso, por el simple miedo a saber qué sucederá en el futuro, el miedo formado en cuanto a atrevernos a descubrir y conocer lo desconocido profundizando en nuestra curiosidad. En ciertos momentos es bueno vivir haciendo lo que nos gusta y lo que queremos, expresando lo que deseamos a nosotros mismos y a las demás personas sin arrepentimientos y, por supuesto, siempre de la manera correcta y con responsabilidad y respeto, sin que nos importe demasiado la opinión de los demás o qué pensarán.





Normalmente pienso que me gustaría irme sin tener nada de qué arrepentirme, y sin poseer ninguna deuda con mi corazón, evitando las ganas de querer regresar a un momento en específico del pasado y tomar una decisión positiva que no llegué a tomar por cobardía. Si acaso piensas igual, entonces la próxima vez que te cuestiones el hecho de si hacer algo o no, recuerda que únicamente tienes una vida y una oportunidad para vivirla, siempre y cuando sea respetando tus principios morales. El tiempo nunca dejará de ser valioso y tampoco se detendrá.
COMENTARIOS:
ÚLTIMAS NOTICIAS
NUESTRAS ALIANZAS
pruebaaaa