Escaleras y tropiezos
Nacimos para crecer, para subir, para tocar el cielo
Arq. Fabiola Vázquez García  -   2023-10-28
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Cuando escuchamos la palabra “escaleras”, sin duda alguna se nos viene a la mente: subir y bajar. Comunicarnos de un nivel para llegar a otro. Así como he venido entrelazando elementos de la arquitectura con la constitución emocional del ser humano, continuo con el mismo estilo en este artículo. Y ahora quiero enfatizar que nosotros humanamente también subimos y bajamos nuestras emociones, nuestra energía; nos sentimos arriba, como comúnmente decimos, o de plano, andamos por los suelos. Y entonces necesitamos esa escalerita que nos ayudará a subir esos peldaños, que son el empujoncito que necesitamos, como el ánimo, la fe, el amor, la esperanza, la alegría…



Cuando hablamos de subir de nivel, o subir de peldaño, ¿a qué se hace referencia?

La idea de peldaño también se emplea de manera simbólica. En este contexto, bajar o subir peldaños se relaciona con modificar un status, o una condición social; alejarse o acercarse a una meta de forma pausada, paso a paso, escalón por escalón.

Subir, la palabra subir, se asemeja con crecimiento personal y con alcanzar objetivos, tener esa escalera de vida que nos lleva a lo alto, y sí, ¿por qué no? también a bajarla, a tropezar, para reconocer ese camino, y volver a intentarlo de nuevo… Subir una escalera representa, alcanzar el éxito...

…Escaleras hay de todo tipo, no sólo los peldaños básicos, para tener una circulación vertical, sino que se han sabido aprovechar para otras funciones, como el clásico medio baño debajo de las escaleras, que dándole un toque especial queda divino. Se adaptan maravillosamente a un espacio de estar, de almacenamiento o simplemente ese toque estético y elegante para armonizar el espacio con miles de ideas creativamente.




Así, subiendo las escaleras rumbo a nuestro destino, variadas circunstancias y momentos moldean nuestras vidas, sabiendo aprovechar cada ocasión, se convierte en un impulso a formarnos cada día más completos, más nosotros mismos, encontrándonos con nuestro propio yo, a veces desconocido.

Al dar paso firme en cada peldaño, tenemos sensaciones distintas, según su forma y sus materiales, por ejemplo, hay escaleras rectas, tipo “L”, tipo “U”, o de caracol, las hay de hormigón, madera, acero, entre otros, que determinan el sentimiento que despiertan en cada individuo. …Así en nuestro paso por la vida, en cada peldaño hay un sabor distinto, cada acontecimiento es un impulso a seguir subiendo.





Hecho está que nacimos para crecer, para subir, para tocar el cielo, llegar al infinito; hagamos pues, de nuestra escalera, peldaños de amor, de paciencia, de tolerancia y respeto para que cada paso deje una huella que se impregne en el más amoroso recuerdo de todo aquél que nos vio subir.
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