Depresión: ¿Solo estoy triste?
La depresión no es una moda
Clara Estefania Garcia Ayala  -   2023-11-25
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La depresión es un tema omnipresente en nuestras vidas, rodeado por un gran número de creencias. Su presencia constante ha contribuido a que desarrollemos una especie de desensibilización hacia este asunto. En realidad, existen numerosos mitos en torno a esta enfermedad que ha impactado significativamente a una creciente cantidad de individuos a lo largo del tiempo.




A diferencia de la concepción popular, la depresión no se limita a un simple estado de ánimo. Constituye una enfermedad con síntomas específicos que impactan en diversos aspectos de la vida del individuo afectado. Quienes experimentan depresión encuentran dificultades para desempeñarse, ya que no solo les resulta difícil disfrutar de las cosas, sino que también carecen del interés necesario para buscar placer. Su condición va más allá de la simple infelicidad; no pueden elevar su ánimo, conviviendo con una sensación desagradable que persiste día con día.





Dentro de las manifestaciones de la depresión, la más común es el trastorno depresivo mayor, lo que significa que la persona presenta estados de ánimo normales, pero ha sufrido uno o más episodios depresivos. Estos episodios comprenden un periodo de tiempo limitado en el que se presentan los síntomas. Algunos de los síntomas asociados a un episodio depresivo mayor son: llanto, irritabilidad, cefaleas tensionales, ansiedad, destrucción de las relaciones, problemas de comunicación y problemas gastrointestinales frecuentes.





Algunos tipos de depresión son: depresión reactiva o duelo, que nace a partir de un factor externo, como una pérdida personal; trastorno afectivo estacional: aparece durante una época determinada del año, generalmente en el invierno; depresión tóxica, que se genera al consumir fármacos, alcohol o al contraer alguna infección viral que tienden a deprimir el sistema nervioso central; depresión psicótica, que puede ser provocada por el agotamiento excesivo o por una enfermedad cerebral como un tumor; y, por último, la depresión postparto, que se inicia al tercer o cuarto día del nacimiento del niño y cuya duración es de un día a una semana.





El tratamiento de esta enfermedad debe ser predispuesto por un psiquiatra que administrará medicamentos en compañía de psicoterapia y ejercicio físico. Debido a la base bioquímica de la enfermedad, la terapia psiquiátrica por sí sola no puede curar la depresión, aunque sí ayuda. Esto se debe a que también hay un motivo emocional, ya sea una pérdida, una tensión o un conflicto interno. También es necesario hacerle ver al paciente que él no escogió estar enfermo pero que debe hacerse responsable de su recuperación, que dependerá en gran medida del conocimiento que adquiera de su enfermedad.





1. Psicoterapia:
Terapia cognitivo-conductual (TCC): Se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos destructivos.
Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Ayuda a las personas a aceptar sus pensamientos y sentimientos, y comprometerse a realizar cambios positivos en sus vidas.

2. Medicamentos:
Los antidepresivos son comúnmente recetados y pueden incluir inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), inhibidores de la recaptación de norepinefrina y serotonina (IRNS), entre otros.
Es importante destacar que la elección del medicamento y la dosis pueden variar según la persona, y es necesario un seguimiento cercano con un médico para ajustar el tratamiento según sea necesario.

3. Estimulación magnética transcraneal (EMT):
Esta técnica utiliza campos magnéticos para estimular áreas específicas del cerebro. Puede ser una opción para aquellos que no responden bien a los medicamentos.

4. Cuidado personal:
Adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y suficiente descanso puede tener un impacto positivo en la salud mental.

5. Apoyo social:
Mantener conexiones sociales y recibir apoyo emocional de amigos y familiares es crucial. La participación en grupos de apoyo también puede ser beneficiosa.





Es fundamental que cualquier persona que experimente síntomas de depresión busque ayuda profesional. Un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en la recuperación.

Apoyar a una persona con depresión implica educarse sobre la condición, escuchar sin juzgar y ofrecer apoyo constante. Es esencial animar a la persona a buscar ayuda profesional, como la de un psicólogo o psiquiatra, y estar dispuesto a acompañarla a las citas si es necesario. Evita minimizar sus sentimientos y fomenta hábitos saludables, como la actividad física y una dieta equilibrada. Sé paciente y comprende que la recuperación puede llevar tiempo. Ofrece ayuda práctica y pregúntale cómo puedes ser de apoyo. Recuerda cuidar de tu propia salud mental y establecer límites. Aunque tu apoyo es valioso, es crucial reconocer la importancia del tratamiento profesional en el proceso de recuperación.
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