“Lo que vemos cambia lo que sabemos, lo que conocemos cambia lo que vemos” – Jean Piaget.
Jean Piaget hizo importantes contribuciones al estudio de la infancia y a la teoría pedagógica. Su enfoque constructivista del desarrollo de la inteligencia lo posicionó como una figura destacada en este campo.
Uno de sus principales estudios fue la teoría cognitiva, que sostiene que el desarrollo cognitivo es un proceso continuo en el que los niños pasan por diferentes etapas y adquieren habilidades intelectuales específicas. Estas etapas incluyen la sensoriomotriz, la preoperacional, la de operaciones concretas y la de operaciones formales, cada una caracterizada por su propio rango de edad y habilidades cognitivas.
En palabras más simples, Piaget planteó que, al igual que nuestro cuerpo, nuestras habilidades mentales también evolucionan en etapas que son cualitativamente diferentes entre sí durante los primeros años de vida. Es importante tener en cuenta que, según Piaget, estas etapas de desarrollo no se acumulan, sino que cada una reconfigura la siguiente, lo que permite una expansión en diversos ámbitos del conocimiento.
“Educación, para la mayoría de la gente, significa tratar de llevar al niño a parecerse al adulto típico de su sociedad, pero para mí la educación significa hacer creadores” – Jean Piaget.
De acuerdo con la página NEMOURS KIDS HEALTH, hay 9 pasos para la crianza de un buen niño y que estos al mismo tiempo ayuden a sentirse más satisfecho como padre, además de que mejora la relación padre e hijos.
1. Estimular la autoestima de su hijo: Desde que son bebés, los niños comienzan a formar su sentido de identidad al verse a través de los ojos de sus padres. Los padres influyen en su autoestima a través de su tono de voz, lenguaje corporal y expresiones. El elogio y permitirles hacer cosas por sí mismos los hace sentir orgullosos y capaces, mientras que los comentarios negativos los hacen sentir inútiles.
2. Reconocer las buenas acciones: Tratar de buscar algo para elogiar todos los días. Sea generoso con las recompensas, su amor, sus abrazos y elogios pueden tener un gran impacto y a menudo son suficientes como gratificación. Pronto notará que está fomentando más el comportamiento que le gustaría ver.
3. Establecer límites y ser coherente con la disciplina: En cada hogar es necesario establecer límites y reglas para ayudar a los niños a elegir comportamientos aceptables y desarrollar el autocontrol. Es importante ser consistente en la aplicación de consecuencias cuando se rompen las reglas. Esto les enseñará qué esperas de ellos y los ayudará a convertirse en adultos responsables.
4. Hacer tiempo para los hijos: A menudo es difícil que los padres y los hijos compartan comidas en familia o tiempos de calidad juntos, sin embargo, a los niños les encantaría eso. Puedes levantarte un poco más temprano para desayunar con ellos o salir a caminar después de cenar. Los niños a menudo buscan atención y pueden comportarse mal para obtenerla. Programar tiempo para estar juntos, como una “noche especial” cada semana, puede ser gratificante.
5. Ser un buen modelo a seguir: Los niños pequeños aprenden mucho al observar a sus padres, antes de reaccionar de manera agresiva, piensa en cómo te gustaría que tu hijo se comporte cuando estás enojado. Recuerda que los hijos están observando. Es importante ser un ejemplo de las cualidades que deseas cultivar en ellos, como respeto, amabilidad y honestidad. Trata a tus hijos de la misma manera en que esperas que los demás te traten a ti.
6. Hacer de la comunicación una prioridad: No puedes esperar que los niños hagan todo solo porque tú lo dices. Es importante darles explicaciones y razonar con ellos, si no lo hacemos, pueden comenzar a cuestionar sus valores y motivaciones. Los padres que razonan con sus hijos permiten entender y aprender sin juzgar. No olvidarse de mencionar las consecuencias y estar dispuesto a escuchar las sugerencias de su hijo, la negociación y la participación en la toma de decisiones motivan a los niños.
7. Ser flexible y estar dispuesto a adaptar su estilo de crianza: Si a menudo sientes decepción por el comportamiento de tu hijo, puede ser porque tus expectativas no son realistas. Es inútil buscar información o hablar con otros padres o especialistas en desarrollo infantil. El entorno también influye en el comportamiento de los niños, por lo que puedes modificarlo para evitar constantemente tener que decir “no” a tu hijo. A medida que tu hijo crezca, tendrás que ajustar gradualmente tu estilo de crianza. Lo que funciona hoy, puede que no funcione en uno o dos años.
8. Demostrar que el amor es incondicional: Como padre es importante corregir y guiar a tus hijos, pero la forma en que lo haces puede influir en cómo lo reciben. Evita culpar, criticar o buscar defectos, ya que esto puede afectar su autoestima. En su lugar, esfuérzate por educar y motivar, incluso cuando disciplines. Asegúrate de que sepan que, aunque esperes que mejoren, tu amor es incondicional.
9. Estar consciente de sus propias necesidades y limitaciones como padre: teniendo en cuenta que nadie es el padre perfecto y que todos tenemos fortalezas y debilidades, reconocer las habilidades y prometer trabajar en las debilidades es importante ya que conecta con las expectativas y las vuelve más realistas. No necesitas saber todas las respuestas, sé comprensivo contigo mismo. No tengas miedo de admitir cuando te sientas agotado, tómate tiempo para hacer cosas que te hagan feliz como persona o en pareja. Compartir tus necesidades no te hace egoísta, simplemente significa que te preocupas por tu propio bienestar, un valor importante para que tus hijos lo vean como ejemplo a seguir.
Revisor médico: Steven Dowshen, MD. Enero 2015.