La Arquitectura de Nuestro Propio “Ser”
La arquitectura y el cuerpo humano, vínculo perfecto
Arq. Fabiola Vázquez García  -   2023-12-09
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¡Qué relación tan más estrecha existe entre el cuerpo humano y la arquitectura!, podría decirse que su vínculo es unidad. La arquitectura sin el hombre no existiría, y el hombre sin un refugio tampoco, pues en dónde se protegería de los implacables rayos del sol, o del frío extremo invernal, de las tormentas y huracanes.



La arquitectura se construye a la medida perfecta de las necesidades del hombre, tomando los percentiles de medidas corporales, como para la fabricación de muebles (ergonomía) por ejemplo, y considerando todos aquellos elementos que necesita para una buena disposición y utilidad de todo lo que le rodea. El hombre lo adapta todo a su medida, para posteriormente disfrutar del entorno construido.





Los materiales que utiliza para construir, se fabrican a las medidas idóneas para su traslado y manipulación; logrando posteriormente hacer edificios y monumentos que admirará por su belleza y que a su vez le podrán servir de hábitat para protegerse.

Así cómo el hombre busca hacer arquitectura para su bienestar, también el hombre mismo deberá construir su “templo”, es decir cuidar su cuerpo para que su alma habite en un lugar de paz y equilibrio. Abastecerle de nutrientes, con alimentación sana y balanceada y, sobre todo, alimento espiritual: pensamientos positivos, actitud positiva de fe y esperanza, para que nuestro cuerpo refleje salud; busquemos entornos asertivos.





El entorno asertivo no significa únicamente el lugar donde no haya dificultades. Tomemos en cuenta que somos seres sociales, y al interrelacionarnos, sucederán situaciones o sucesos llamados conflictos, que nos dan la oportunidad de mejoría, siempre y cuando aceptemos nuestros errores y practiquemos la empatía, el respeto y la igualdad.





Otros mecanismos comprobados científicamente que ayudan a construir puramente nuestro “Ser” son los siguientes:

- Contemplar la naturaleza, es fuente de libertad, nos trasmite sensación de bienestar, aun cuando la naturaleza se agita, nos trasmite movimiento interno que nos hace actuar, nos hace “tomar conciencia”.
- Beber agua natural, nos permite la absorción de nutrientes esenciales, lubrica las articulaciones, elimina toxinas, mejora el proceso digestivo, facilita el riego sanguíneo. Además, por ser el principal componente del cuerpo humano, nos da energía y la vida misma.
- Bailar, no sólo liberamos dopamina, sino también endorfinas y que reducen el dolor y aumentan el placer, además de la liberación de la serotonina.
- Cantar hace que liberemos endorfinas, y nos obliga a hacer respiraciones profundas que aumentan el flujo sanguíneo.
- Escuchar música de nuestro agrado, hace que nuestro cerebro libere dopamina ayudando a la función motora de nuestro organismo, sintiéndonos bien y felices.
- Hacer ejercicio nos permite suministrar oxígeno y nutrientes a nuestros tejidos y ayuda al sistema cardiovascular a funcionar de manera eficiente. Además de mejorar la fuerza muscular y aumentar la resistencia.
- Interactuar con animales o mascotas, acariciarles, hablar con ellos.
- Sonreír mucho, inclusive a la gente que no conocemos, es de mayor valor.

En fin, hacer lo que amamos, cocinar, coser, tejer, escribir, pintar, limpiar, etc. cualquier cosa, lo que sea que nos haga felices y podamos ofrecerlo al servicio de los demás. Es de esta manera cómo construimos el “templo” para que habite nuestra alma, así como construimos nuestra arquitectura para que habite nuestro cuerpo.

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