Morfopsicología, ¿ciencia o charlatanería?
El papel de la postura, rasgos y características corporales en el perfil de personalidad
Pablo A. Durán  -   2023-12-23
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En los últimos años, la lectura de rasgos faciales y la generación de perfiles de personalidad han ganado popularidad en televisión, libros, artículos, etc.

Antes de expresar mi postura al respecto, es necesario definir la morfopsicología. Esta se define como la relación entre los rasgos físicos y faciales y la personalidad. En la ciencia de la psicología, la morfopsicología cuenta con seguidores y opositores, e incluso se considera pseudociencia, ya que, a pesar de sus aciertos, puede ser subjetiva en sus descripciones, como ocurre en la psicología en general.

En la psicología, por más científico que sea el procedimiento aplicado en los análisis, nunca será cien por ciento exacto, ya que no es una ciencia exacta y está sujeta a la naturaleza cambiante y evolutiva del ser humano a lo largo de su vida.





Sin embargo, como psicólogo, puedo respaldar que la postura y los rasgos de la persona tienen valor evaluativo. En los ojos, la forma de hablar, la forma de andar, la mirada, la sonrisa, entre otros, se pueden intuir rasgos del individuo, similar a cómo un médico puede obtener información observando la coloración esclerótica, las uñas o la piel antes de que el paciente hable.

En mis años de experiencia, he explorado la morfopsicología y puedo afirmar que al acercarse un paciente a terapia, observar estos rasgos proporciona pistas sobre lo que el paciente no expresa verbalmente. Socialmente, este fenómeno también es observable, como en el Efecto Fox.

El Efecto Fox refleja la tendencia de atribuir características a una persona según su postura frente al público. En un experimento, un actor presentó un tema ante una audiencia, adoptando una postura segura y expresándose con firmeza, mezclando información real e inexacta. A pesar de la presencia de expertos, la audiencia le creyó sin cuestionar, demostrando que las personas aprueban lo dicho por otro basándose en la experiencia percibida.





¿Cómo se relaciona esto con la morfopsicología? Nuestra mente interpreta los rasgos consciente o inconscientemente, permitiéndonos intuir las características de una persona desde la primera impresión. Aunque juzgamos inicialmente, a menudo nos damos cuenta de que estábamos equivocados.

Las expresiones faciales pueden ofrecer pistas sobre el pasado de una persona. Por ejemplo, arrugas en las comisuras de la sonrisa indican una experiencia de vida risueña, mientras que arrugas en la frente pueden sugerir tensión y preocupaciones frecuentes. Rasgos asociados con la depresión incluyen reacciones lentas, postura insegura y achicada, y una mirada que refleja inseguridad.

La morfopsicología, en mi opinión como psicólogo, no es una disciplina exacta, pero puede proporcionar pistas valiosas. Sin embargo, como en toda evaluación psicológica, debe respaldarse con experiencia directa con el paciente o la persona.

Es importante recordar que somos seres integrales, y aunque la morfopsicología no sea una rama directa de la psicología, puede ser una herramienta evaluativa que nos brinda intuiciones sobre las características del individuo.
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