La presión social es la influencia que otras personas o la sociedad en general ejercen sobre nuestros pensamientos, comportamientos y decisiones. Es el sentimiento de obligación o expectativa de cumplir con ciertas normas establecidas por nuestro entorno social: amigos de la escuela, familiares o personas con las que convivimos día a día. Como es normalizar el consumo de alcohol o estupefacientes, que no solo nos alejarán de nuestros deseos personales, sino que nos dejarán, por mucho, más lejos de lo que es lo mejor para nosotros.
Puede manifestarse de forma explícita, como cuando los demás expresan directamente su desaprobación o expectativas sobre nuestras decisiones. O de forma implícita, en forma de normas sociales no escritas pero ampliamente aceptadas. A menudo, esta influencia social puede afectar nuestras decisiones y comportamientos, incluso cuando no somos conscientes de ello.
La presión social no siempre es negativa; puede motivarnos a seguir normas sociales beneficiosas o a comportarnos de manera civilizada o ética. Sin embargo, cuando la presión social nos lleva a tomar decisiones que no están alineadas con nuestros valores o deseos personales, puede generar estrés, ansiedad o insatisfacción.
Es por eso que es importante cuestionarnos constantemente sobre nuestra toma de decisiones, que estén alineadas con nuestros propios valores y metas. En esta etapa donde tenemos que decidir a qué nos queremos dedicar el resto de nuestra vida, puede ser un poco agobiante o estresante por no saber si se tomó la decisión correcta o no. Los jóvenes pueden sentirse influenciados por las expectativas y opiniones de amigos, familiares y sociedad en general. Que las decisiones que estemos por tomar no afecten nuestra salud física ni mental. De esta manera, seremos menos propensos a caer en adicciones que en la mayoría de las ocasiones no terminan en algo positivo.
Por un lado, puede haber una presión para seguir ciertos caminos tradicionales, como asistir a la universidad o conseguir un trabajo estable, incluso si esto no es lo que realmente queremos. Esto puede afectar incluso a nuestra salud física y mental, relacionadas con la apariencia física, las relaciones personales o el estilo de vida. En ocasiones, tener acceso a demasiada información en redes sociales o internet nos puede hacer sentir presionados a seguir ciertos estándares de belleza, económicos, a participar en actividades para encajar en grupos sociales. Es por ello que te recomendamos que las decisiones que quieras tomar las autoanalices, basándote en tus propios intereses y en lo que quieres lograr en tu vida personal. Incluso podría ser bueno voltear a ver a la persona que admiras y conocerla a detalle para que tenga un impacto positivo en tu vida, desde lo que te gusta y quieres.
También es útil rodearse de personas que nos apoyen y respeten en nuestras decisiones individuales. Es importante que fomentemos un ambiente en el que, como jóvenes, podamos ser libres de expresar nuestros deseos y metas, sin temor a ser juzgados.
