Querido lector, hoy traigo para ti algo más que una nota emocional. Hoy dejaré un bello regalo en tus pensamientos. Estamos pasando por tantas guerras y desastres naturales en nuestro alrededor que nos dejan en claro solo una cosa.

En este mundo, somos seres pasajeros que no podemos controlar guerras mundiales ni cambios extremos de clima. Debemos abrir aún más los ojos y poner atención en los detalles, esos pequeños e insignificantes detalles deben ser lo más importantes. Por ejemplo, la risa de un bebé, el ruido de los pájaros cantar, el silbido del viento, los colores que tenemos en todas las cosas que nos rodean y, sobre todo, ver a las personas que tenemos a un lado: nuestros familiares, amigos y ese crush que te quita el sueño....





Te invito a que por solo un día pongas pausa a todas las actividades que estás realizando y te animes a ir a un lugar con más naturaleza, con árboles o algún lugar que tenga el techo totalmente despejado. Ahora, recuéstate, observa los árboles, siéntate sobre la tierra si es posible y observa los colores del cielo. Si prestas atención, observa qué lento es el pasar de las nubes y detecta todas las tonalidades que forman el cielo.





¿Por qué tanto detalle y tanta visualización? En realidad, quiero llevarte a una pregunta poderosa... En el día, estamos llenos de múltiples actividades, e incluso algunas cosas ya las realizamos automáticamente, pero quiero preguntarte, ¿realmente te sientes pleno en el fondo? ¿Crees que no podrías hacer algo distinto de verdad? En repetidas ocasiones, ante un bajón emocional, escuchamos las palabras... ¡ánimo! ¡Échale ganas! ¡Sí se puede! Pero, si se puede, ¿a qué? Le echo ganas, ¿a qué? Si no te sientes presente en lo que estás haciendo, ¿para qué las porras de los demás? Eso no ayudará en nada porque ni tú mismo estás seguro de querer hacerlo.





Es por ello que te invito a realizar esta pausa, pregúntate si realmente quieres hacerlo. Anímate a probar algo distinto. Inicia por tomar una ruta distinta, cambia tu look por algo que te agrade. Dejemos de pensar en lo que digan los demás, dejemos de pensar en si estará bien o estará mal. Lo ideal es lo que tú quieres para ti.

Si tú inicias a verte diferente y brillar con tu nuevo sentir, verás que todo a tu alrededor se verá diferente. Disfruta cada hora de tus días, disfruta cada día de tus semanas y verás qué bonita llevarás tu vida. No te aferres a cosas materiales ni a personas ni sueños que gastan mucha energía en tu presente-futuro. Inicia por metas cortas, inicia por disfrutar el hoy. Porque las tragedias que vemos o vivimos ayer solo nos recuerdan que mañana podría acabarse todo, pero que tú, en este instante, puedes hacer el mejor momento del día, hacer de tu vida el día más feliz de tu existencia.

Y con esta nueva mentalidad, vive todos los días. Debemos generar más días con buenos momentos. De esta manera, podremos decir que en verdad vale la pena estar vivo, vale la pena aprender y saber más del planeta, vale la pena vivir. ¿Cómo ves? ¿Intentamos hacer de este instante algo inolvidable?