El Orden y El Respeto
La Relación Padres e Hijos
María José Aldaco Rodríguez   -   2024-03-16
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Biológicamente, para procrear un ser humano, es necesaria la participación de un hombre y una mujer. Durante muchos años, se ha considerado que esta pareja, conformada por hombre y mujer, es la base para la crianza de un ser humano.




En las generaciones recientes, donde observamos una diversidad de criterios y pensamientos, nos encontramos con familias que presentan estructuras funcionales de relaciones entre personas del mismo género o identidad. Aun dentro de estas familias, es fundamental establecer un equilibrio y definir roles de crianza, cuidado y acompañamiento a los miembros para mantener un orden en la entidad llamada FAMILIA.





Existen frases comunes en diferentes contextos sociales que expresan pensamientos y modelos de vida que hemos aprendido a imitar:

"Una mujer necesita a un hombre para formar a los hijos."
"Cuando un solo padre cría a los hijos, es mamá y papá al mismo tiempo."
"Los abuelos pueden ser una mejor influencia sobre los nietos y pueden hacerse cargo de ellos como si fueran sus propios hijos."
"Un joven requiere menos atención que un bebé."
"Hoy existen nuevas modalidades de roles en las familias, donde los hombres pueden encargarse del hogar y las mujeres pueden salir a trabajar para ser las únicas proveedoras."
"Una mujer es más fuerte si necesita menos de un hombre."
"El cuidado y cariño que un hombre puede brindar a su mujer puede limitar la libertad de la mujer."





Todo lo anterior son pensamientos muy comunes en la población. En este momento, me refiero a ellos solo como modelos de pensamientos, sin juzgar ninguno, con la intención de observar para poder entender, elegir y decidir.

El desorden social comienza con "una búsqueda de algo mejor", con un fundamento teórico y social de un "no pasa nada si altero el orden". La vida en este momento nos grita desesperadamente: RESPETO. Como humanidad, hemos pensado que nada podría sufrir un desequilibrio por ir eligiendo, probando y alterando el orden de muchas cosas. Hoy nos cuesta trabajo entender que existen principios fundamentales de orden y consecuencias cuando este orden no se respeta. Ejemplos de ellos son: el clima, la alteración genética de los alimentos y sus nutrientes, edificar hoteles o viviendas en zonas protegidas, etc. Creemos que el mundo se puede modificar a nuestra entera satisfacción sin tener consecuencias.

Para que exista un desorden de roles humanos en la sociedad, primero es necesario mover el orden de pensamientos e ideas. Hemos alterado la lógica y hemos confiado en que no afecta en nada.

Dentro de la sociedad, hemos hecho todo lo contrario: padres que no conocen sus funciones básicas para ejercer la paternidad, hijos que no conocen sus derechos, obligaciones y responsabilidades con la organización básica: la familia. Además, hermanos, tíos, primos y abuelos que alteran todos los días los roles y, por lo tanto, el funcionamiento de esta organización. Es como si dentro de una empresa dijéramos: "Yo soy el dueño, el gerente, el obrero, y no necesito a nadie para el mejor funcionamiento de esta. Yo puedo hacer lo que quiera y no necesito a nadie para que me marque mi rol, pues soy todo poderoso."





Y todavía hemos ejercido otro derecho: NO CREER EN LA FAMILIA. Construir el organigrama familiar en un clima de orden, respeto y reconocimiento a cada uno de sus miembros, así como se hace en las empresas, permitirá representar con toda claridad el valor de lo que cada uno aporta desde la paternidad y la maternidad, logrando que esta entidad sea funcional.

En resumen, podríamos decir que el orden social nos grita la necesidad de:

Observar
Conocer
Entender
Apreciar
Respetar
Razonar
Reconocer

Esto nos puede llevar a la necesidad de que la familia, a través de esta metodología, conozca el alto nivel de importancia que tiene el orden para lograr los cambios que todos decimos necesitar.
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