En esta ocasión, hago una breve reflexión sobre qué me inspiró a ser profesora, tal vez otras mujeres qué aún no descubren su vocación puedan leerme y conocer mi experiencia para que ellas puedan marcar su rumbo a la docencia, y se decidan a hacerlo de una vez.

Para comenzar, jamás pensé que me dedicaría a ser profesora. Recuerdo que de niña era la mayor de mis hermanos y de mis primos, y esto me hacía siempre tomar liderazgo para elegir a qué jugar, explicarles las reglas de los juegos, guiarlos en los grandes retos o ser referí en las controversias de reglas puestas en duda en el juego de las escondidillas o en el de las “paletas de hielo”. Estas cuestiones son las que podría decir que ya eran una base para dedicarme a enseñar temas a los más pequeños.





A pesar de lo anterior, no fue hasta que terminé la licenciatura y comencé a buscar maestrías en el catalogo de lo que antes era el CONACYT, porque escuché a mis profesores de universidad decir que ahí podía obtener beca. También, recuerdo que en aquellos tiempos el apoyo económico de mi familia era muy limitado, a veces no tenía lo suficiente para desayunar, pero las becas de $450.00 pesos mensuales me ayudaban a tener motivación para no bajar de 8.0 en mis calificaciones, fue por todo esto que buscaba una beca de maestría, porque en aquel momento eran de $7,500.00 pesos mensuales; así fue como entré a estudiar una maestría en Tijuana, con beca completa.





Honestamente, yo no tenía idea a dónde me llevaría una maestría, pero pronto descubrí que me llevaría a pensar más, a ser reflexiva, a darme a conocer por mis ideas y también a aprenden a darles forma y rumbo. Con aquella beca no pasaba días sin desayunar, podía comprarme un café de vez en cuando, pagar mi renta e incluso comprar libros.

¡Un momento!, otro recuerdo viene a mi mente, Mi papá. Cuando era niña, mi papá al terminar de comer, se iba a leer un rato y luego se quedaba dormido. Yo, sin que él me lo dijera, hacía lo mismo; comía y al terminar me iba a leer, cada día, al menos durante la primaria. En momentos en los que el internet no existía y la televisión casi no tenía canales en las comunidades como en la que yo vivía, leer transportaba a otros mundos.

Retomando la historia que contaba, creo que me inspiraron varias cosas, sin duda el hambre de alimento y éxito fue una de ellas, pero también el ejemplo de mi papá para leer, el juego con mis hermanos y mis primos, además de las becas que me brindó la academia.

¿Qué te inspira a ti a hacer lo que haces? ¿Quiénes han sido tus ejemplos? ¿Cuáles son los retos y crisis que quieres enfrentar y sobrepasar?