El 14 de septiembre, en el plantel 198 de los Centros de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTis), con una matrícula de estudiantes de entre 15 y 18 años, se llevó a cabo una feria de la salud para la prevención del embarazo adolescente como parte del calendario de la Secretaría de Salud en el programa de fomento a la salud (FOMALASA). Las actividades de la feria fueron planificadas e impartidas por pasantes y practicantes de la Universidad de Guanajuato.

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) publicó un comunicado de prensa (número 582/22) el 10 de octubre de 2022 en apoyo a la conmemoración del Día Internacional de la Niña. En este comunicado, se presentaron estadísticas sobre la situación actual del embarazo adolescente en el país, lo cual es un tema de interés y que requiere la acción conjunta de las instituciones de salud y educación.

La tasa de fecundidad adolescente a nivel nacional, según los datos del Cuestionario del Censo de la Población y Vivienda 2020, fue de 42.96 nacidos vivos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años. En los extremos, los estados con las tasas más bajas fueron la Ciudad de México (26.26) y Querétaro (31.93), mientras que los estados con las tasas más altas fueron Guerrero (55.22) y Durango (55.03). Guanajuato se encuentra en un punto intermedio con una tasa de fecundidad de 42.46, lo que sigue siendo significativo.





La feria de salud que se organizó tuvo un enfoque vivencial. Se buscó que estudiantes de todos los géneros tomaran conciencia de los cambios físicos que dificultan el movimiento durante el embarazo, los costos que conlleva criar a un hijo como adolescente, y las tareas diarias que implica, como cambiar un pañal bajo presión debido al llanto del bebé. El objetivo era que los stands de la feria no se centraran solo en situaciones que generaran miedo o culpa en los adolescentes. Una de las reglas era "cero juicios", y se presentaron las complicaciones diarias que enfrentan las personas con embarazos adolescentes.

Después de la feria de salud, se entrevistó a varios estudiantes que participaron en las actividades. Sus respuestas reflejaron el impacto de la experiencia. Por ejemplo, un estudiante mencionó: "La verdad, no quiero ser padre a esta edad. Me dieron un sobre con un salario de estudiante que, en teoría, mis padres me dan semanalmente para el almuerzo. Solo me alcanzó para una papilla con un pañal individual. ¿Cómo se supone que lo haga con tan poco?"





Otro estudiante compartió su experiencia con el stand que mostraba los cambios físicos durante el embarazo: "No entiendo cómo lo hacen las mujeres embarazadas. Me dolió todo el cuerpo cuando me quitaron las bolsas de arena y me hicieron caminar con ellas. No quiero ni imaginar tener que cargar eso durante 9 meses".

En resumen, esta actividad, originalmente impulsada por la Secretaría de Salud, tomó un rumbo interesante y se convirtió en una valiosa lección para los estudiantes sobre las realidades del embarazo adolescente. No solo recibieron información, sino que vivieron las consecuencias de no utilizar métodos anticonceptivos para evitar esta situación. Aunque las estadísticas del INEGI son esclarecedoras, queda claro que la prevención del embarazo adolescente es un desafío continuo que requiere esfuerzos a mayor escala y una mayor concienciación entre los adolescentes.

Miguel Ángel Flores Valencia
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