La violencia que estamos viviendo es el resultado de la suma de pensamientos y acciones de todos nosotros. Eso es lo que nos ha traído a este momento tan decadente en la historia de la humanidad. Lo que vemos en las noticias es el resultado de la siembra de los últimos 50 años, por lo menos. La suma de acciones, creencias, juicios, decisiones, momentos, miedos y alegrías.

¿Todavía crees que no podemos girar el timón del barco y redireccionar el sentido de la humanidad?

La paz se construye todos los días cuando eres capaz de romper tu techo, cuando dejas de ser un ratón que solo camina por los bordes del cubo de cristal, y te atreves a modificar la ruta.





Los factores que propone la metodología HUMANIZATE son:
• Orden
• Visualización
• Palabras mágicas
• Preguntas poderosas
• Reconocimiento
• Disciplina
• Gratitud y Generosidad

Cuando aplicas todo lo anterior, todos los días, la paz se convierte en una experiencia personal que te da muchos privilegios.
¿Acaso la gente no paga para ir a ver una película de terror y darle un shot de adrenalina a su cuerpo al grado de perder la noche de sueño profundo, por un inmenso miedo provocado por las imágenes y contextos de la película?

La paz social que buscamos inicia con la construcción de tu paz personal. La suma de la paz de cada ciudadano nos regala la cosecha de la paz colectiva. Y así, cada persona se convierte en un punto, en un hilo conductor, que transita, genera, come, piensa, genera y construye un entorno de paz. Del micro al macro.

Aprendemos a guiar a nuestra mente y la mente de los demás como un proceso creativo que usas como una herramienta de vida, salud y crecimiento.

Imagina, visualiza cada vez con más conciencia y cuidado. Tú puedes guiar la actitud de las personas en el entorno familiar, escolar o laboral.





Ejemplos:
Escuela: “Niños, buenos días. Hoy escucharán con ojos cerrados. Hoy me siento muy feliz de recibirlos, hoy estudiaremos matemáticas, español e historia. Los temas son divertidos y los pueden aprender de manera simple y feliz. Escucharán con mucho cuidado y se sentirán muy seguros de comprender cada tema. Mantendrán el orden dentro del aula y ayudarán a sus compañeros con los trabajos en equipo. Hoy es un día muy feliz.”

Ejemplos de cómo podemos guiar a un grupo a enfocarse con ojos cerrados en un espacio de su día, de su vida.

Si observas, utilizo palabras que demuestran aceptación, respeto, orden y colaboración. A todos nos gusta estar junto a personas felices, nos agrada poder ser reconocidos y el describir acciones facilita que todos las podamos llevar a cabo.

Mientras las personas están con ojos cerrados y la guía habla en voz alta, no te queda más que recrear las imágenes de la narrativa.

Cuando abres los ojos, la guía es la mente que define tus labores o acciones. Los ojos ven lo que la mente sabe, porque la mente ya lo vio.

Regálate la experiencia. Antes de que guíes a alguien, necesitas ser tú mismo el guía. Modifica tu humor o tu mundo emocional cada mañana con una visualización con ojos cerrados.