¿Qué es lo primero que se te ocurre al pensar en la palabra “paisaje”? Quizás unas montañas nevadas rodeadas de nubes o un atardecer multicolor, quizás un camino arbolado con pasto muy verde y flores por todos lados, o tal vez un mar con una serie de palmeras adornando un paisaje playero. ¡Claro! Precisamente eso es un paisaje, una vista o un panorama en el cual observamos un entorno. Los paisajes suelen ser vistos desde cierta distancia y visualizados.

Y así como puede haber paisajes hermosos y espectaculares, también los hay desfavorables y negativos. Los paisajes son esos regalos visuales que nos transmiten diferentes sentimientos. Por lo tanto, uno donde sea visible un campo de flores, o un bosque, es posible que nos transmita paz, tranquilidad y felicidad. Sin embargo, al observar uno donde hay estragos de destrucción, violencia o guerra, se producen los sentimientos totalmente opuestos: enojo, ira, impotencia e incluso mucha desesperanza.

Al igual que en cualquier paisaje natural, en un paisaje humano hay ciertos elementos que lo conforman, como por ejemplo el clima. En lugar de haber una temperatura como tal, en el paisaje humano existe más bien un clima social, el cual podría ser positivo, de paz y crecimiento, como podría no serlo. También se puede hablar de los elementos que interactúan entre sí dentro de ese entorno, los cuales literalmente hacen el clima que se vive en dicho lugar. En ese sentido, visualizar un clima de paz implica observar el paisaje como un medio potencial de construcción de paz, donde esta visualización implica observar la propia mente y organizar los pensamientos, de la mano de la imaginación, de tal forma que, de acuerdo a las problemáticas que puedas estar atravesando en tu comunidad, te sea posible imaginar soluciones para ello.





Partiendo de tu mente, visualizar implica el primer paso para transformar tu realidad, pues va a la par de construir, ya sean objetivos, planes, acciones, pero sobre todo, tomar la decisión inicial de comenzar a ver tu paisaje de forma diferente. Esto va desde tu propio interior hacia el mundo exterior. Así, los sentimientos que te transmita esa imagen sean de esperanza, paz y armonía en un mundo donde construir lo que más anhelas es posible, partiendo de una poderosa pregunta: ¿cómo hacerlo?